Generalmente durante la Feria de Bologna se anuncia los ganadores del Hans Christian Andersen, el galardón más importante dentro del campo de la literatura infantil y juvenil, “equivalente” al Nobel. Este año, con la cancelación de la feria por el COVID, el anuncio se ha tenido que hacer por Internet. Imagina que pérdida de glamour.
Te cuento, Doe. (Sr Spoty, si está con la oreja pagada a la puerta escuchando y quiere ponerse a escribir para niños, dese prisa que si no, este ya no lo gana):
El premio, que entrega Organización Internacional para el Libro Juvenil IBBY, (International Board on Books for Young People) nació por iniciativa de la periodista alemana Jella Lepman, (que se merece un post para ella solita, aprovecho para ponerte el enlace a Linternas y bosques, un blog superfavorito sobre LIJ que te recomiendo seguir) fue entregado por primera vez en 1956 a un escritor y a partir de 1966 también a un ilustrador.
“La misión de IBBY es promover el entendimiento internacional a través de libros infantiles; dar a los niños de todo el mundo la oportunidad de tener acceso a libros de alto nivel literario y artístico; fomentar la publicación y distribución de libros infantiles de calidad, especialmente en los países en desarrollo; proporcionar apoyo y capacitación a quienes se ocupan de los niños y la literatura infantil; estimular la investigación y los trabajos académicos en el campo de la literatura infantil; y proteger y defender los derechos del niño de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derechos del Niño”
Desde 1960 ya no se premia una única obra, sino toda la trayectoria de un autor, que ha de estar vivo y haber hecho una contribución perdurable a la literatura infantil y juvenil.
Más cosas te cuento; José Manuel Sánchez Silva (el de Marcelino pan y vino) es el único español que ha recibido este premio, en 1968 y lo compartió (algo inusual) con el alemán James Krüss.
Si te interesa la lista hasta 2018, en la Wikipedia.
Este año 2020, la vasca Elena Odriozola (a ver si para la próxima gana) ha estado entre los cinco finalistas en el apartado de ilustración, aunque finalmente, el premio
ha sido concedido a la suiza Albertine, que ya había sido finalista en 2018 y que tiene junto a su pareja, el escritor Germano Zullo, numerosas publicaciones conjuntas para niños, con las que han recibido varios premios.
¿No tienen pinta de majetes?
De acuerdo con el dossier de prensa
Albertine crea libros con múltiples niveles de interpretación como ilustradora, con dibujos realizados con una precisión infinita, animados y llenos de humor.”
En España se pueden encontrar publicados en
· Los pájaros (2012) (a este le tengo ganas) y
· Los Rascacielos (2014)
· SOS Televisión (2013)
· Dadá (2015)
· Marta en el fondo del mar (2019)
· Marta en el país de los globos (2017)
· Marta y la bicicleta (2016)
Mi pequeño (2015) es otro de los que se pueden encontrar en España, aunque publicado por la editorial argentina Limonero y que recibió el Bologna Award en 2011.
Yo es el único que tengo, pero después de comprarmelo y verlo con detenimiento, tiene un rollo edipico- incestuoso que me da repeluco.
En el apartado de escritura el premio se ha concedido a Jacqueline Woodson, que en España no tiene nada publicado, aunque si ha sido traducida al castellano.
“Como autora, Jacqueline Woodson tiene un prolífico haber de escritos desde libros ilustrados hasta literatura para jóvenes adultos, todos ellos con un lenguaje lírico, personajes poderosos y un sentido permanente de esperanza.
Jacqueline Woodson ha escrito álbum ilustrado, libros infantiles y especialmente literatura para jóvenes. No busca temas facilones. Publicó su primero libro 1990, Last Summer With Maizon, sobre una amistad entre dos chicas. En el mismo año también publicó The Dear One, una historia sobre el embarazo adolescente. Sus treinta y tres libros y trece cuentos abarcan temas que van desde las relaciones interraciales hasta el abuso de drogas o los programas de protección de testigosTambién ha recibido numerosos premios, ya fue finalista para el Premio Hans Christian Andersen en 2016 y ganó el Premio Astrid Lindgren Memorial en 2018.
Su libro más conocido y aplaudido es Brown Girl Dreaming, una novela juvenil y autobiográfica sobre la segregación racial.
Y también tiene cara de ser simpática.
Los criterios utilizados para evaluar las nominaciones al Premio Hans Christian Andersen han incluido la calidad estética y literaria, así como la frescura e innovación de la obra de cada nominado; la capacidad de ver el punto de vista del niño y de despertar su curiosidad; y la continua relevancia de la obra para los niños y jóvenes.
Ea, pues ya sabea. A esperar dos años a por el siguiente.
Fantastique! Cuántas cosas buenas. He decidido comenzar una de esas libretas que acumulo para apuntar tus recomendaciones literarias. Albertine y Zullo son dos seres a los que habría que invitarles a tarta todos los domingos. Me atrae mucho lo de Woodson, los temas y cómo puede abordarlos... Y, en esta concesión virtual ¿hay manera de conocer la reacción ante los premios? Nota: Spoty se arrepiente de haber instalado una puerta de máxima seguridad. Por mucho que acerque la orejita, el macizo impide percibir nuestra conversación. Para no dañar su orgullo porcino propongo simular que no le vimos asomarse para tomar notas.