Si a un señor de edad no se le discute, a uno de 700 años ni te cuento. El prólogo apuntaba poco seductor hasta que llegamos a aquel párrafo: "...De nuevo en Aviñón, la curiosidad y el destino le depararían varios hallazgos no menos trascendentales para su obra que para su vida: reunió algunos manuscritos importantísimos (Virgilio, san Agustín, san Isidoro Tito Livio...) y, sobre todo, vio a Laura por primera vez el 5 de abril de 1327...."
El libro primero concentra los "Remedios contra la buena suerte", así que tiré directa por el segundo con los consejos contra lo opuesto. "...Dolor: Lloro la pérdida del tiempo. Razón: este lamento sería más justo que el de la pérdida del dinero, porque esta no es tan grave como la del tiempo. El dinero no es preciso para vivir bien y, si se pierde, puede recuperarse; el tiempo siempre es necesario y no hay modo de recuperarlo. Pero el dinero se pierde contra vuestra voluntad y el tiempo se pierde con vuestro consentimiento (y estos son los peores males, los que vienen por culpa de quien los padece). De todos modos, soy de la opinión de quien sufre voluntariamente no tiene derecho a quejarse..."
Solo te faltó cerrar con un "vuelve por otra".
Chato, aún se me eriza el vello cuando escucho sus pezuñas sobre el parqué...
que cosas me lee, Srta Doe. Y que suerte tengo de que me las descubra. No sabe lo feliz que me hace volver a encontrármela por el vecindario