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El gran debate: el anticlímax del insulto


Desde hace años constatamos que la tiránica guerra de audiencias apoya el barullo en cualquier tertulia televisiva: gritos, insultos y polémica como bazas del “todo vale” en la búsqueda de share. En esta brutal salvamización de la pantalla la tendencia abarca no solo los programas cabecera de Mediaset y parece contagiar otros formatos como los talent, los programa deportivos o los debates políticos. Contra todo esto encontramos un oasis en esta producción holandesa que gira en torno al viejo arte de la conversación (de la real, de la de la escucha y la réplica argumentada). El gran debate bebe directamente de la mayéutica socrática, aquel arte en el que el maestro formulaba preguntas al alumno para, mediante la reflexión y el cuestionamiento, llegar al conocimiento.

El filósofo, profesor de Harvard y Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales en 2018, Michael Sandel reúne en el santuario de Anthiarius del Ática griega a veinte jóvenes de diferentes creencias, orientaciones y nacionalidades para pensar y considerar temas tan de actualidad como la inmigración, la robotización, la discriminación, la desigualdad y la privacidad. Cinco capítulos temáticos de 45 minutos en los que contestar preguntas como: ¿Es lógico que Ronaldo gane al año dos mil veces más que un profesor de primaria? ¿Es correcto que una empresa sólo contrate a chicos y chicas atractivos? ¿Podemos justificar la discriminación en algún contexto? ¿En quién confiarías para buscar una pareja perfecta: en la eficacia de un algoritmo o en el consejo familiar?

Sandel sabe como dirigir con acierto al grupo a través de los comentarios y preguntas, también es cierto que el nivel de argumentación, de exposición de ideas, está por encima de lo que estamos acostumbrados a contemplar en pantalla. Incluso en muchos encuentros cotidianos. Cuando los planes de estudio se apartan del olvido de la filosofía, perdemos la dialéctica como una de las principales herramientas para aprender a vivir y convivir. No hay una verdad absoluta, una única respuesta correcta, pero estas diatribas morales ofrecen un marco interesante en el que cuestionarnos y escucharnos. La riqueza de barruntar ideas.


Hace unos años TV3 lograba mejorar el subgénero de “adolescentes en el instituto” con

Merlí (2015-2018), propuesta didáctica que acercaba cuestiones y nombres propios de la historia de la filosofía a un grupo de adolescentes como peripatéticos del siglo XXI. El éxito de público la llevó a ser emitida en canales estatales. En la actualidad Movistar+ produce el spin-off Sapere Aude (2019-) retomando muchos de los valores de la primera. El componente filosófico de El gran debate es diametralmente distinto, reside en el formato dialéctico y en la búsqueda de intentar comprender ideas opuestas para llegar a un entendimiento. O no. Las antípodas del insulto y el enfrentamiento bronco tan presentes estos días. Lo que tal daría en un Parlamento...




What’s the right thing to do? (De Haaien, 2017)

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