Cuando a comienzos de los noventa su carrera literaria entró en declive la autora de biografÃas Lee Israel (Melissa McCarthy) comenzó a falsificar cartas de escritores y celebridades con el fin de pagar sus deudas. El guion de Holofcener y Whitty (nominado y premiado de forma reiterada durante la temporada de 2018), adaptaba las memorias de la propia Israel convertidas en una estafa investigada finalmente por el FBI. Traducida durante su estreno en las pantallas españolas como ¿Podrás perdonarme algún dÃa? la trama se transforma en un estudio impagable sobre los lÃmites de la creación, de la literatura y de las historias reescritas.
Los espacios neoyorquinos en los que transitan los personajes (desde el apartamento donde vive con la gata Jersey hasta las múltiples librerÃas de viejo, bibliotecas, archivos y los bares donde agotar la vida a tragos) están dibujados con la delicadeza de una atmósfera que engancha desde las secuencias iniciales. Aplaudo la capacidad dramática y cómica de la pareja protagonista McCarthy y E. Grant (como Jack Hock) en un hermoso retrato de dos seres tan solitarios como atÃpicos.
Veinticinco años antes de las fake news que nos ahogan Israel inventó cartas y notas de autores como Noël Coward para venderlas por reales en el mercado de coleccionistas y amantes de la memorabilia. Un delito que, si bien engañó a expertos y miembros de la comunidad literaria (muchas fueran incorporadas en obras antológicas), también alteró el legado de dramaturgos e intérpretes gracias a dos bazas: la capacidad creativa y el conocimiento de la vida de los otros. Una pulsión que, viniendo de alguien que rechazaba el contacto con terceros, no podemos contemplar como secundaria. Escribo esto a fuego y tras los visillos. Vivimos en lo que leemos, no tengo la menor duda. Puede ser, también, en lo que escribimos.
Casi 400 artefactos literarios contabilizados, un proceso judicial y un verso de Dorothy Parker ("Can You Ever Forgive Me?") para bautizar una pelÃcula tan coherente en su narrativa como en su ritmo. Disfruté inmensamente del trabajo de McCarthy, una voyeuse tan lúcida como misántropa, y del guiño metaliterario de la última carta... Sonó además Billie Holliday con I'll be seeing you in all the old familiar places para subrayar aquello de la veracidad de las vidas vividas y las vidas fantaseadas. ¿Dónde ponemos los lÃmites entre lo contemplado y lo leÃdo? Heller propone un retrato tan inteligente como tierno sobre la condición humana y la literatura. (Y quien dice humana dice porcina, querido Spoty).
Can You Ever Forgive Me? (Marielle Heller, 2019)
Los monstruos de colores, las cacas y los mocos son la vida, rediez. El cine no se escapa, bien lo sabes, siempre espera. Buscaremos el modo de hacerte llegar a Lee Israel, of course, sólo espero que no te decepcione... Siento atracción por seres que algunos tildan de perdedores. Extraño rasero el de algunos triunfos.
Veci querida, NECESITO ver esta peli, ya. ¿Dónde? ¿Me harás de dealer?
Antes de convertirme en la Sra. Racho, conocer al Sr. Rucheces y sobre todo antes de que aparecieran los ruchitos, en mi otra vida, además de letrini (no letrina, aunque se andan cerca) era cinéfila y me enteraba de todo estreno, premio y festival que hubiese, bien lo sabes tú, me gustaba el cine independiente y seguÃa todo lo que ocurrÃa en el mundillo. Iba al cine cada viernes en v.o. y tenÃa largas conversaciones sobre interpretación, ambientación y la vida a través de una cámara. Lo cambié por conversaciones sobre cacas, comidas y monstruos de colores. ¡puaj!. Menos mal que te he vuelto a encontrar en el…