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El bosque de los dos hermanos y el miedo a la libertad. Caín y Abel vuelven al Paraíso

Doe querida,


Ahora que hemos vuelto a la nueva normalidad, todo son prisas y correr de aquí para allá. Echo de menos nuestras charlas en el descansillo o un ratito de té con pastas para ponernos al día. Ya sé que en fechas taaan señaladas andamos a otras cosas pero son ya muchos años y el vecindario, hace familia. Podemos invitar a nuestros cerdos favoritos.


Por ahora te dejo algunas reflexiones. Estaba dándole vueltas a un album que en España ha recibido muy buenas críticas. Ha sido recomendado en algunas páginas y periódicos entre los mejores del año pero a mi, no deja de producirme cierto rechazo, No acababa de concretar por qué y entonces cayó en mis manos Miedo a la libertad que escribió Erich Fromm ¡en 1941! Me ha dejado pensando mucho. A ver que te parece.




Yukiko Noritake. Autora japonesa afincada en Francia, tiene 2 libros como autora y 4 más como ilustradora publicados en ese país.


Formato: 28,5 x 36 cm

Páginas: 32

Encuadernación: Tapa dura

A partir de 4 años

Premio Libr’à Nous 2021

Nominado a los Premios Sorcières 2021



Se trata de un libro de gran formato, muy hermoso que sigue en todo su planteamiento, un mismo esquema. Dos páginas enfrentadas llenas de detalles, donde unas ilustraciones coloristas y delicadas que llevan el peso de la historia, se acompañan de un frase explicativa para mostrar, a través de la metáfora de los dos hermanos protagonistas, dos formas de relacionarse con la naturaleza.


En la página de la izquierda, el moreno, que da la mano a la Naturaleza, (personificada en una mujer pelirroja con vestido blanco rodeada de animales). A la derecha el rubio, que le da la espalda. A partir de ahí comienzan dos historias basadas en dos relaciones paralelas. Mientras que la naturaleza acompaña a lo largo de todo el libro al hermano de la izquierda, en la derecha se va alejando hasta desaparecer. Las dos páginas finales nos muestran desde un zoom más amplio cómo sus decisiones los han distanciado y han ido cambiando el paisaje.


Comenzando en el título, que es el que nos explica que los dos personajes son hermanos, y la contraportada, que nos indica que el bosque lo han heredado de su abuelo, el texto complementa las ilustraciones, indicándonos dónde debemos poner el foco, para centrar la interpretación. Se trata de frases independientes, sin continuidad sintáctica que, al estar dispuestas dentro de una secuencia dada por el propio formato libro, contribuyen más a una caracterización de tipo psicológico de los personajes, que al desarrollo de la historia.


Entre los dos, texto e ilustración, la autora construye un discurso que pretende ser coherente y crear una correspondencia entre dar la mano a la naturaleza y disfrutar de la vida.


Por un lado el narrador visual que busca ser objetivo, y nos va mostrando, como si de una cámara se tratase, cada una de las decisiones y los efectos que tienen en el bosque. Por otro el narrador textual, subjetivo, que mientras que en algunos casos se contenta con describir:


hace con los recursos que tiene/ hace con los recursos de otros,

en otros, hace valoraciones y saca conclusiones a las que no se llegaría de la sola observación de la ilustración.

admirar el resultado/mostrar el resultado,


acercarse unos a otros/rodearse de los demás.


Un álbum de muy buenas intenciones, en consonancia con la moda de acercar a la infancia el cuidado del medio ambiente (y otros temas acuciantes de la sociedad) a través de los libros al que pocos adultos concienciados podrán resistirse.


Y entonces, ¿cuál es el problema?


Vayamos por partes, a ver si consigo explicarme.


1. Un cuento, un manual de conducta o un libro de elige tu propia aventura


Si nos paramos a ver cómo se ha construido el libro podemos llegar a algunas conclusiones sobre por qué resulta tan atractivo. Yo lo probé con mi hijo de ocho años que sin casi pestañear me dio la respuesta esperada y normativa. El bueno es el de la izquierda porque cuida la naturaleza.


A través de la combinación del texto y la imagen y algunas decisiones de diseño, la autora construye una parábola moderna que, sin utilizar un discurso aleccionador evidente, nos coloca en un escenario controlado cuidadosamente construido para guiar al lector en la elección correcta.


Cómo lo consigue:


La contraportada. Se encarga de situarnos en el contexto en el que tendremos que hacer nuestra elección recordándonos que mañana será la naturaleza la que permitirá nuestra supervivencia si somos capaces de preservarla.


La perspectiva cenital (o plano divino) permite observar desde la distancia y da la sensación de objetividad.


Los textos que acotan el significado de las ilustraciones y limitan la interpretación haciendo desaparecer posibles ambigüedades.

Una metáfora. Dos hermanos, dos formas de actuar que se presentan como disyuntivas y un escenario (un bosque de la abundancia en el que los personajes viven aislados) del que se han suprimido los aspectos conflictivos.


Con todo esto, se nos invita a sacar libremente nuestras conclusiones.


Pero al colocar a los personajes en un escenario idílico, (una especie de Caín y Abel al que un abuelo que observa desde las alturas ha colocado en un paraíso en forma de bosque, obvia la realidad (de la escasez de recursos). Nuestro aquí y ahora no es un paraíso autosuficiente en el que es fácil tomar decisiones.


Una simplificación que acaba reduciendo el problema ecológico y su solución a una cuestión de elecciones personales y un planteamiento que supone no estar dispuestos a escuchar divergencias, que no suscita reflexión ni plantea preguntas, pero asegura adhesiones.


Y con el que la infancia, que ya vive en el aquí y el ahora, no se sentirá interpelada. Por un lado la perspectiva cenital, dificulta la identificación y por otro, se le plantean disyuntivas que quedan alejadas de sus campos de actuación o decisión.


En el fondo un reflejo de cómo se construyen muchos de los discursos hoy en día.


Simplificación de la realidad suprimiendo los matices, hasta reducirlos a una cuestión de elección entre dos posturas.


Punto de partida que obvia los elementos conflictivos. (escasez de recursos, intereses económicos, vida en sociedad,..


Construcción de discursos abstracto fácilmente aceptable basado en un lenguaje del que se destierran ambigüedades y en el que no caben especulaciones interpretativas.


Enunciado de máximas positivas de comportamiento que no dejan sitio para la interpretación y alejan la duda, a la vez que nos hacen sentir bien y que nos llevan a aceptar, de forma aparentemente libre, la (políticamente) correcta.


Y aquí entra Erich Fromm


para que se den las condiciones en las que una personalidad genuina, libre, es necesario que el objetivo real de la educación consista en el fomentar la independencia íntima y la individualidad del niño, así como su expansión e integridad, … dentro de nuestra cultura la educación consiste en demasiada frecuencia en la eliminación de la espontaneidad y la sustitución de los actos psíquicos originales (en el sentido de pensamientos propios) por emociones, pensamientos y deseos impuestos desde fuera

Erich Fromm Miedo a la libertad


Hemos acabado convirtiendo valores morales en eslóganes que dejan sin contenido el lenguaje, y que, lejos de provocar cambios, generan ansiedad ante la imposibilidad de compaginar los ideales de comportamiento que se nos exigen socialmente y la realidad de las estructuras mentales con las que operamos y nos relacionamos.


Y esos eslóganes que como adultos compramos, los vendemos a los niños en forma de ficciones que encubren manuales de conducta, que a su vez les generan frustración. Libros que demuestran hasta qué punto el marketing y las técnicas publicitarias han permeado nuestras vidas y que ponen la literatura infantil al servicio de mensajes no pensados ni realmente asimilados, que les servimos para ser consumidos.


A parte de ser una pretensión muy naif y que otorga un gran poder a los libros, este enfoque supone una delegación de nuestras responsabilidades, al futuro y en los niños, en temas y cuestiones en los que, por otra parte, no se les da ninguna oportunidad de participación en la toma de decisiones o sobre las que no tienen capacidad de actuación. Hemos pasado de silenciarlos a hacer un falso ejercicio de escucha, donde se les permite opinar, pero solo si lo hacen sin salirse del guión.


En la mediación necesitamos abrir espacio de debate reales y para ello, desacralizar los libros y su contenido como procedentes de una autoridad adulta que dice al niño lo que tiene que hacer (o le pone en bandeja la mejor opción) para solucionar el mundo. Independiente de que se trate de cuestiones de medio ambiente, de inmigración, de feminismo, de multiculturalidad o de cualquier otra cuestión. La libertad, para ser real, tiene venir del cuestionamiento de las afirmaciones y conclusiones ajenas y la elaboración de las propias, desde planteamientos que les resulten cercanos y asequibles. De otra forma estamos siendo condescendientes y alentando el conformismo.


Erich Fromm dice que el fascismo subordina el individuo a propósitos que le son extraños y debilita el desarrollo de la genuina individualidad. ¿Será que estamos siendo fascistas con la infancia?


Ahí lo dejo.


Aunque, tal y como está planteado deja poco espacio a un debate real sin un mediador que plantee las cuestiones que un texto directivo deja fuera, observado de atrás adelante, y de adelante atrás y tapando los textos, permite plantear muchas preguntas y abrir una interesante conversación sobre la ecología, la sociedad, el desarrollo y la libertad y las relaciones y la exploración de opciones intermedias.



Por si no nos vemos antes, Feliz Navidad y próspero Bosque Nuevo!

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